Descubre cuáles son los alimentos recomendados y cuáles evitar si sufres la enfermedad de Crohn. Cuál es el rol del microbioma intestinal.
Los trastornos intestinales infamatorios imponen un desafío a la hora de alimentarse saludablemente. Muchas frutas y verduras que son recomendables para mantener la salud en la población general se convierten en un dolor de cabeza –o de abdomen- a la hora de ser ingeridas por personas con enfermedad de Crohn. De hecho, cualquier alimento con alto contenido de fibras puede aumentar la inflamación y la diarrea en estos pacientes, por lo que los especialistas sugieren evitar el consumo de frutas con piel y ensaladas.
Si bien no existe una dieta única para todos los que padecen la enfermedad de Crohn, si existen recomendaciones nutricionales para quienes padecen trastornos intestinales inflamatorios, como el Crohn y la colitis ulcerosa:
-Consumir entre 4 y 6 porciones pequeñas de alimento por día.
-Tomar mucho líquido, ya sea en forma de agua, jugos, té o bebidas rehidratantes. Beber lentamente y no usar sorbetes, para evitar el ingreso de aire y los gases.
Los NO
– Evitar frutas con mucha fibra, semillas, cereales enteros, nueces, vegetales crucíferos -como el broccoli y el coliflor-, los guisantes y el maíz.
-Evitar jugos de durazno, ciruela y pera.
– Evitar dulces y helados.
– Disminuir el uso de azúcar y edulcorantes (sorbitol, manitol).
-Evitar especies picantes.
-Evitar manteca, margarina y comidas grasosas.
– Disminuir el consumo de leche y quesos cremosos.
– No beber alcohol, gaseosas ni café durante períodos con muchos síntomas.
-Consumir pan sin gluten ni semillas.
Los SÍ
– Se pueden ingerir algunos vegetales, como espárragos, calabaza, papa y pepinos, siempre que estén cocidos y sin piel ni semillas.
– Se puede comer banana, melón y manzana u otras frutas cocidas y sin piel.
– Se pueden comer carnes magras, como pescado, pollo y cerdo sin grasa.
-Están permitidas las pastas, el arroz blanco y la avena. También el huevo y la soja.
– Ingerir yogur con probióticos, kéfir, miso, leche deslactosada y tofu firme cuando los síntomas están en remisión.
Microbioma y dietas
El equilibrio de las bacterias perjudiciales y benéficas que habitan el intestino y constituyen el microbioma es fundamental para la salud. Su desequilibrio se llama “disbiosis” y se asocia con muchas enfermedades, incluidos los trastornos inflamatorios intestinales. Al restaurar el equilibrio del microbioma, los probióticos (microorganismos vivos) podrían ayudar a mejorar la mucosa intestinal y a regular la inflamación que caracteriza a la enfermedad de Crohn .
Lo mismo puede decirse del aceite de pescado y los suplementos de Omega-3: hay indicios de que podrían servir para reducir la inflamación intestinal crónica, aunque los resultados de los estudios no son todavía concluyentes en pacientes con Crohn.
Se han propuesto distintos tipos de dietas – desde la Mediterránea hasta las más restrictivas que sólo habilitan pechugas de pollo, huevos y soluciones líquidas especiales- para ayudar a los pacientes a mantener los episodios controlados. Incluso se ha hecho un ensayo clínico en Gran Bretaña con la dieta CD-TREAT, que simula con alimentos sólidos la formulación de la solución enteral líquida (EEN, por sus siglas en inglés) que se usa para casos activos de Crohn. Pero no hay una dieta que sea eficaz para controlar la inflamación y la diarrea en todas las personas que padecen la enfermedad de Crohn.
Muchos pacientes aprenden a detectar qué comidas activan sus episodios de Crohn y cuáles colaboran para mantener en remisión la enfermedad. Con esta información, los nutricionistas pueden diseñar dietas personalizadas. En cualquier caso, los gastroenterólogos aconsejan evitar las comidas procesadas con aditivos (edulcorantes, preservantes, colorantes) y comer alimentos cocinados en la casa. Cuando los síntomas empeoran, los expertos recomiendan adoptar una dieta líquida (agua, caldo sin grasa, soluciones nutricionales específicas).
Es importante que las personas con enfermedad de Crohn no bajen mucho de peso y eviten la pérdida de nutrientes y minerales esenciales para el organismo. Para evitar la malnutrición y la malabsorción en estos pacientes, los médicos y nutricionistas suelen recomendar suplementos de vitaminas (A, D, E, K y B12) y minerales (calcio, hierro, sodio, potasio, magnesio), además de consumir una dieta lo más variada posible.
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Referencias:
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