Los ejercicios de estiramiento y flexibilidad pueden hacerse en cualquier momento del día. Sergio Verón explica cómo practicarlos correctamente para mejorar tu bienestar físico sin riesgo.
Moverse es clave, pero también lo es detenerse a estirar. Entre tanta atención a los ejercicios de fuerza o cardio, muchas personas pasan por alto una parte esencial de la rutina: los estiramientos.
“Los ejercicios de estiramiento y flexibilidad no pueden faltar en tu rutina diaria”, señala Sergio Verón, Profesor en Educación Física y kinesiólogo. “Los podés hacer en cualquier momento del día y, cuanto más los hagas, mejor”.
Según Verón, el estiramiento no solo mejora la flexibilidad, sino que ayuda a prevenir lesiones, aliviar tensiones acumuladas y mantener la movilidad articular, especialmente a medida que pasan los años.
¿Qué necesitas para empezar?
Muy poco: una colchoneta o una manta para recostarte en el piso, y una toalla que puede ayudarte a profundizar el estiramiento si no llegás a tocar los pies. “Simplemente estirá una pierna por vez. No hace falta llegar a la punta de los pies porque te podés ayudar con la toalla”, explica.
Cada estiramiento debe mantenerse entre 8 y 10 segundos. Ese tiempo es suficiente para generar un estímulo efectivo sin forzar el cuerpo. “Si estirás una pierna, repetí lógicamente con la otra. Siempre hay que trabajar ambos lados”, recomienda.
No te centres en un único lugar del cuerpo
Además de las piernas, es importante estirar otras zonas del cuerpo que acumulan tensión:
- Columna y brazos: “La columna necesita ganar, y no perder, ningún centímetro. Estirá bien hacia arriba, podés ir a un costado y al otro”, dice Verón. Los brazos, que están en movimiento todo el día, también se benefician del estiramiento.
- Cuello: “La articulación del cuello sufre mucho estrés y sobrecarga. Por eso necesita también esos 10 segundos a cada lado”, explica.
Seguro, simple y efectivo
Una de las grandes ventajas de los ejercicios de estiramiento es que no tienen contraindicaciones para personas sanas.
“No deberían aparecer ni calambres, ni contracturas, ni mareos. ¿Por qué? Porque el ejercicio es simple y muy fácil de realizar”, afirma Verón.
Incorporarlos a diario, incluso unos pocos minutos, puede marcar una gran diferencia en cómo te sentís, cómo te movés y cómo te recuperás después de entrenar. “Hacelos”, invita Verón. “Tu cuerpo te lo va a agradecer”.
* Antes de comenzar cualquier rutina de ejercicios, consulta con tu médico o equipo de salud para asegurarte de que es adecuada para tu condición.