Las enfermedades autoinmunes y su impacto en el embarazo

Publicado hace 1 mes por Un ensayo para mí

Cada vez más mujeres con enfemedades autoinmunes desean convertirse en madres. Es por ello que es importante conocer cómo planificar el embarazo y qué factores tener en cuenta.

Las mujeres son más propensas que los hombres a padecer enfermedades autoinmunes. Además, muchas de las patologías en las que el sistema inmunológico ataca al propio cuerpo suelen manifestarse durante la etapa reproductiva de la mujer.

Por eso es importante que las pacientes con enfermedades reumatológicas, intestinales inflamatorias u otro tipo de patología autoinmunes consulten con sus médicos (reumatólogos, neurólogos, ginecólogos y obstetras) sus deseos de quedar embarazadas.

Algunas enfermedades autoinmunes influyen tanto en la fertilidad de las mujeres, como en sus hormonas y su estado de ánimo. Muchas padecen dificultades para concebir por problemas ováricos o disminución del deseo sexual; abortos espontáneos y repetidos; malformaciones fetales por el uso de ciertos fármacos; hipertensión y brotes de inflamación descontrolados.

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Estas situaciones que constituían barreras casi irremontables para cumplir con el deseo de maternidad hasta poco tiempo atrás. Incluso, tiempo atrás se recomendaba a las mujeres con enfermedades autoinmunes no tener hijos.

Sin embargo, con los avances en el tratamiento de estas patologías, muchas mujeres y médicos ahora se animan a enfrentar los embarazos y controlar la salud de la madre y el feto en forma cercana de modo de llegar al parto con un bebé saludable.

Es por ello que cada vez hay más mujeres con enfermedades autoinmunes que deciden atravesar un embarazo. En un registro dinamarqués, se encontró un aumento de 4 a 8 veces en los embarazos de mujeres con enfermedades autoinmunes entre los años 1989 y 2013. Desde entonces, los casos no han dejado de subir, según estadísticas de países desarrollados. 

Enfermedades autoinmunes: ¿El embarazo puede producir la reactivación o remisión

La mayoría de las enfermedades autoinmunes pueden afectar el embarazo debido a la influencia hormonal. El embarazo supone una serie de cambios hormonales en el cuerpo de la mujer, lo que puede alterar las respuestas defensivas y modificar el curso de una enfermedad inmunológica.

  • -En algunas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoidea y la esclerosis múltiple, el embarazo puede colaborar en la remisión de los síntomas y resultar un alivio para las pacientes.
  • -En cambio, en otras como el lupus eritematoso sistémico, puede exacerbar los ataques inmunológicos a algunos órganos, como el riñón.
  • -En otras patologías también sucede que el crecimiento del feto se ve alterado y los bebés suelen nacer con bajo peso o talla.
  • -En otras, como la miastenia gravis, pueden presentarse complicaciones cardíacas y respiratorias en la madre y el bebé. 

Pero el deseo de maternidad suele ser más fuerte que los miedos. Afortunadamente, hoy la medicina permite que muchas pacientes con enfermedades autoinmunes puedan tener un hijo sin mayores complicaciones. Es por eso que para atravesar un embarazo es importante contar un equipo multidisciplinario que pueda acompañar tanto a la mujer cómo al bebé en su desarrollo.

Primer paso: planificar el embarazo

Es fundamental planificar la concepción con meses de anticipación, lo que presupone el uso de algún método anticonceptivo durante la etapa reproductiva de la paciente. El método anticonceptivo se puede consensuar con un especialista, así como el momento de abandonarlo para intentar la concepción. 

Lo importante, dicen los ginecólogos y obstetras, es buscar el embarazo en un momento de remisión de la enfermedad autoinmune -no en medio de un brote- y hacer un seguimiento intensivo de la madre y el niño.

En este punto es necesario brindarle atención a las ecografías, análisis de glucosa, hierro, glóbulos rojos  y blancos, plaquetas y anticuerpos ANA y aPL (antifosfolípidos) en la sangre, además de la medición frecuente de la presión arterial y otros tests, incluso genéticos. 

Es importante contar con un equipo multidisciplinario para llevar los embarazos de alto riesgo a buen término y cuidar tanto la salud de la madre como la del niño.

No hay que olvidar que, ante los cambios hormonales del embarazo y la necesidad de “tolerar” inmunológicamente un cuerpo medianamente extraño, como el feto, cada sistema inmunológico puede comportarse en forma distinta.

Lo cierto es que cada mujer puede experimentar el embarazo de diferente manera, según su historia personal, sus antecedentes médicos y el contexto socioeconómico. 

Riesgos del embarazo en enfermedades autoinmunes

Algunos ejemplos de cómo influyen las enfermedades autoinmunes en el embarazo y en el feto confirman que hay muchas maneras de experimentar el embarazo:

Artritis reumatoidea: Puede aparecer durante el embarazo. En las mujeres que padecen esta enfermedad desde antes, el embarazo puede resultar benéfico y desaparecer todos los síntomas durante 9 meses. En la mitad de estos casos, se produce un brote después del parto. Una cesárea puede ser necesaria si la cadera o la pelvis han sido afectadas por la artritis reumatoidea. Los bebés de estas mujeres tienen más riesgo de nacer con bajo peso y en forma prematura. Las madres pueden sufrir hipertensión, preeclampsia o  trombosis venosa profunda durante la gestación.

Lupus eritematoso sistémico: Las mujeres con esta enfermedad tienen entre 1 y 2 veces más riesgo de brotes durante el embarazo. Aumenta el riesgo de abortos espontáneos, preeclampsia, inflamación renal, bloqueo cardíaco en el feto y lupus neonatal. También hay peligro de partos prematuros y bebés con retardo del crecimiento fetal.  Durante los primeros 6 meses después del parto, aumenta el riesgo de padecer un brote severo de la enfermedad. 

Miastenia gravis: 20% de las mujeres con esta enfermedad mejoran durante el embarazo, mientras que 80% se mantienen igual o empeoran. La debilidad muscular puede complicar el parto vaginal, por lo que se recomienda usar instrumentos para disminuir el stress del nacimiento. Resulta indispensable el monitoreo neonatal, ya que los fetos suelen sufrir retardo del crecimiento, trastornos cardíacos y prematurez. Se recomienda evitar el magnesio durante el embarazo. Hay que tener en cuenta que, en un tercio de los casos, los síntomas de la enfermedad autoinmune se agravan después del parto. 

Esclerosis múltiple:  En las mujeres que estaban sin medicación hasta un año antes de embarazarse, se reducen los brotes un 80%. Pero en las que tomaban medicación y tienen que disminuirla durante el embarazo, los síntomas pueden reactivarse durante el embarazo o hasta 4 meses después del parto. No se han identificado otros riesgos ni en la madre ni el niño. 

Esclerodermia (esclerosis sistémica): Existe poca evidencia científica sobre el impacto del embarazo. Se sabe que el feto puede experimentar un retardo en el crecimiento y la madre, requerir cesárea más frecuentemente. 

Enfermedades Inflamatorias Intestinales (Crohn y colitis ulcerosa): Un tercio de las pacientes experimenta brotes durante el embarazo y tiene riesgo de malnutrición. Las mujeres con estas enfermedades autoinmunes tienen riesgos más altos de perder el embarazo, padecer diabetes gestacional, desencadenar partos prematuros y dar a luz bebés con bajo peso. Algunos obstetras desaconsejan realizar una episiotomía durante el parto. Las lesiones perianales muchas veces obligan a una cesárea. Las mujeres pueden padecer brotes de la enfermedad después del parto, si tuvieron que suspender la medicación durante el embarazo. 

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